Tipos de ortodoncia


1. La ortodoncia preventiva es la parte de la ortodoncia que pretende actuar antes de la aparición de desviaciones, cuando el diagnóstico nos indica que éstas se van a producir y alterarían el desarrollo normal del complejo bucofacial. Para ella se utilizan aparatos removibles que eliminan los riesgos que tiene el paciente de sufrir un problema en el crecimiento bucodental. Suele aplicarse en cortas edades, por lo que se aplica en odontopediatría, principalmente para evitar una posible mala oclusión. 





2. La ortodoncia interceptiva está encaminada a corregir desviaciones que se están produciendo en ese momento pero que todavía pueden tratarse para cambiar su evolución. Es decir, se usa donde ya se estableció una mala posición o hábito que todavía puede corregirse. Sirve para evitar que el crecimiento del complejo craneofacial se desarrolle de forma anormal, por lo que suele aplicarse en pacientes jóvenes y en muy pocos casos en personas adultas. Un buen ejemplo de ella es la actuación en pacientes con maloclusión antes que empeore la anomalía. Sus aplicaciones tienen que ver tanto con los dientes como todo el complejo mandibular. Suele implicar aparatos fijos que eviten la complicación del problema.






3. La ortodoncia correctiva se aplica cuando el problema ortodóntico o la maloclusión ya se han instaurado y han alterado el curso normal del complejo bucofacial. Estos pueden ser una deformación de la forma del arco dentario o alteraciones en la función. Suele estar indicada en jóvenes y puntualmente en adultos. Se utilizan tanto aparatos removibles como aparatos fijos que tienen como objetivo devolver la normalidad morfológica funcional y estética. Como se trata de un problema que ya ha evolucionado suele ser necesario un buen estudio del caso particular que se ayude de radiografías panorámicas y estudios sobre modelos. De esta forma los ortodoncistas podrán aplicar el tratamiento idóneo para corregir un problema que ya está causando estragos.